La ira en fibromialgia
“La ira interna causa en las pacientes con fibromialgia mayor percepción y gravedad del dolor, amplía el dolor persistente, empeora la calidad de vida e incrementa la depresión y la discapacidad”.
Recientemente, nuestro grupo ha publicado un artículo en la Revista Clínica de Medicina de Familia al que puedes acceder aquí: Síndrome de fibromialgia e ira.

Este artículo trata sobre el impacto de las emociones en el síndrome de fibromialgia, en concreto, trata sobre una de las emociones que más influye en los síntomas, la ira. Probablemente, las emociones que más influyen de forma negativa en la fibromialgia son la ira interna y el miedo.
En la fibromialgia, fundamentalmente se identifica un estilo de ira interna, el estilo «rumiativo» (inclinación excesiva hacia ideas y pensamientos relacionados con factores estresantes), que causa alteración del estado de ánimo, aumenta el sentido catastrofista de la enfermedad e incrementa y cronifica el dolor, la fatiga y las alteraciones del sueño. Empeora la evolución y el pronóstico.
¿Se puede tratar, la ira? ¿Podemos mejorarla?
Sí. De hecho, la tendencia general a inhibir la ira predice un aumento del dolor. Es decir, tratar de negar la ira, de frenarla, retenerla o de obviarla, aumenta el dolor.
Por tanto, es necesario como primer paso, identificarla, ponerle nombre y saber que existe y cómo influye negativamente sobre la enfermedad. Y en segundo lugar, abordarla.
En la actualidad se han desarrollado programas de atención plena y de entrenamiento de fuerza que han demostrado un control interno de la ira en pacientes con SFM con una disminución del dolor, la ansiedad y la depresión (evidencia científica aquí). Queda mucho por hacer, pero de momento, se sabe que la práctica de mindfulness y ejercicios de fuerza consiguen controlar la ira y con ello, mejorar los síntomas.













Tras ser presentado en la Universidad Feminista el pasado mes de abril,











